martes, 8 de noviembre de 2016

El expolio del arte en España: San Baudelio de Berlanga (Soria)

En esta entrada nos acercaremos a un tema hiriente en la memoria reciente de España: el expolio de obras de arte que se produjo en las primeras décadas del siglo XX por parte de magnates y coleccionistas extranjeros. Aparte del caso de la ermita de San Baudelio de Berlanga, parte central del artículo, haremos referencia a otros ejemlpos igualmente fraglantes.

La ermita

La ermita de San Baudelio de Berlanga es un templo mozárabe que se ubica a un par de kilómetros de Casillas de Berlanga, localidad perteneciente al municipio de Caltojar (Soria). Se piensa que su construcción data del siglo XI, aunque la primera referencia documental en la que aparece es de 1136, relacionada con un pequeño monasterio que se ubicaría en el lugar. El exterior del templo es muy austero, apreciándose únicamente los cuerpos de la nave principal, donde se encuentra la puerta principal, de arco de herradura doblado, y la cabecera. Existen otra puerta en una de las esquinas de la nave principal, de menor empaque.
Exterior de la ermita

La humildad del exterior contrasta con la grandiosidad del interior. En primer lugar, resalta una gran columna pétrea en el centro de la nave principal que sujeta la cúpula mediante ocho arcos de herradura que nacen de la misma, asemejando su forma a una palmera. En la parte superior de la columna se encuentra uno de los aspectos más peculiares de la arquitectura del templo: un pequeño habitáculo al que los historiadores otorgan distintos posibles usos, como lugar de custodia para objetos valiosos (quizás las reliquias de San Baudelio) o como refugio estilita. En el tercio posterior de esta nave hay un coro elevado sobre cinco pequeñas naves jalonadas por dieciocho columnas unidas por veintisiete arcos de herradura. En el fondo del coro se encuentra la gruta en la que habitó el primer eremita del lugar. El ábside se conecta con la nave principal a través de un gran arco de herradura doblado.
Interior de la ermita
Si, como hemos mostrado, la arquitectura del edificio es impresionante, más aún lo eran las pinturas murales románicas al fresco que decoraban las paredes interiores y el techo, realizadas en el siglo XII, muestra de una de las primeras pinturas románicas de toda España. Los temas de las pinturas son escenas de la vida de Cristo, escenas cinegéticas y representaciones de animales salvajes. La historia que corrieron las pinturas es el tema principal de este artículo.

Historia de un expolio

En 1917 el templo fue calificado como Monumento Nacional, algo que en principio debiera facilitar su conservación pero que no se vio respaldado en la realidad, puesto que en la década de 1920 sufrió el expolio de buena parte de sus pinturas murales. En 1922 León Leví, intermediario de compra de obras de arte del comerciante estadounidense Gabriel Dreppe (que ya había estado implicado en el intento de compra de varios frescos románicos de diversos templos catalanes), las compró por 65.000 pesetas a sus dueños, una docena de vecinos de Casillas de Berlanga. La ermita había llegado a sus manos años después de haber sido desamortizada tras las políticas del ministro Pascual Madoz y era utilizada como corral para el ganado.

Unos expertos italianos fueron los encargados de arrancar las pinturas de las paredes de la ermita, pero fueron sorprendidos mientras realizaban su trabajo y denunciados, ante lo cual el Gobierno Civil de Soria paralizó su labor. El Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes decidió que los más de veinte fragmentos que se habían extraído de la ermita debían ser recolocadas en su posición original, Obra que se llevó a cabo en 1923. Posteriormente, en 1925, el Tribunal supremo dictó sentencia a favor de su propietario, León Leví, quien procedió al definitivo arranque de las pinturas y a su exportación. 


Ante ello no faltaron voces que reclamaron la paralización de dicho expolio (El Obispado de Sigüenza, la Comisión de Monumentos de Soria, la Audiencia Provincial, el Gobernador Civil o la prensa, tanto local, regional y nacional), pero la decisión del Tribunal Supremo, ajustada a las leyes vigentes, impidieron hacer nada por evitar la compra y exportación de las pinturas. Se puede decir que más que la incompetencia política de los responsables en ese momento, el expolio fue facilitado por unas leyes que no previeron la llegada de coleccionistas extranjeros para comprar obras de arte olvidadas. Así, casi la totalidad de las pinturas románicas de San Baudelio de Berlanga, a excepción de las de la bóveda, fueron finalmente adquiridas por distintas personalidades e instituciones estadounidenses tras ser fragmentadas y vendidas por Dreppe. A día de hoy son piezas excepcionales de las exposiciones de diversos museos en Estados Unidos como el Museum of Fine Arts de Boston, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Cincinnati Art Museum y el Indianapolis Museum of Art.


Es necesario hacer referencia a que en 1957 el Estado recuperó seis de los nueve fragmentos de las pinturas de San Baudelio de Berlanga que albergaba el Metropolitan, pero a cambio se produjo la salida del país de otra joya románica: fueron intercambiadas por la iglesia románica de San Martín de Fuentidueña (Segovia), cuyas ruinas se trasladaron piedra a piedra a suelo estadounidense. Los fragmentos de las pinturas recuperados se alojaron en el Museo del Prado en Madrid, donde se exponen hoy en día. En cuanto a la ermita, la Fundación Lázaro Galdiano la compró en 1954 y la cedió al Patronato Artístico de España. En 1965 se intervino en la ermita extrayendo en la medida de lo posible lo que quedaba de las pinturas de la bóveda para su restauración, recolocándose en su lugar original en 2002.

El poeta de la Generación de 27 Gerardo Diego quedó impresionado tras su visita a la ermita de San Baudelio de Berlanga y escribió unos versos sobre ello:
—Que no.
—Que sí madre, que sí.
Que yo los vi.
Cuatro elefantes
a la sombra de una palma.
Los elefantes, gigantes.
—¿Y la palma?
—Pequeñita.
—¿Y qué más?
¿Un quiosco de malaquita?
—Y una ermita.
—Una patraña,
Tu ermita y tus elefantes.
Ya sería una cabaña
con ovejas trashumantes.
—No, más bien una mezquita,
Tan chiquitita.
La palma
me llevó el alma.
—Fue solo un sueño, hijo mío.
—Que no, que estaban allí,
Yo los vi,
los elefantes.
Ya no están y estaban antes.
(Y se los llevó un judío,
perfil de maravedí).

Las pinturas antes del expolio

José Garnelo, que había sido subdirector del Museo del Prado, fue el encargado de supervisar la recolocación de los fragmentos arrancados en 1923 en la ermita, antes de su arranque definitivo. Las fotografías que realizó permiten observar el conjunto completo de pinturas en su arquitectura original. A continuación se reproducen algunas de estas imágenes (el nombre que aparece bajo ellas es el que el propio Garnelo las dio en su informe).
Testero frontal del ábside
Ángel y soldados ante el sepulcro
Las bodas de Canaan
La cena de Jesús con los apóstoles

Recreación de las pinturas en la ermita

 

Otros expolios

Desgraciadamente, las pinturas de San Baudelio de Berlanga no son una excepción, y son varias las obras de arte que fueron vendidas a comerciantes de arte y exportadas a otros países, especialmente a Estados Unidos, destacando el magnate de la prensa William Randolph Hearst, cuya vida sirvió de isnpiración a Orson Welles para su Citizen Kane. Algunos ejemplos:
  • El patio del castillo de Vélez Blanco (Almería), vendido por 80.000 pesetas en 1904 a un comerciante de arte francés y que hoy en día se expone en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York
  • El monasterio cisterciense de Santa María la Real de Sacramenia (Segovia), del que se despojaron el claustro, la sala capitular y el refectorio, vendidos a Hearst por medio millón de dólares en 1925 y que se reconstruyó piedra a piedra años después en Miami.
  • El monasterio de Santa María de Óvila (Guadalajara), vendido por el estado a un particular en 1928 por 3.000 pesetas, quien a su vez lo vendió por partes a Hearst en 1931. Éste lo envió a Estados Unidos, donde se ubican hoy en día el claustro, el refectorio, la sala capitular  y el dormitorio de novicios, muy deteriorados y dispersos
  • La reja de la catedral de Valladolid, del siglo XVIII, vendida también a Hearst por 17.000 dólares, que hoy se muestra igualmente en el Metropolitan. Para su venta, el cabildo de la catedral encargó su tasación a un herrero, que estipuló su valor al peso, entre 80 y 90 céntimos el kilo. 

Fuentes

  • Baena Yerón, Carmen (2009) “San Baudelio de Berlanga”, Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna, n. 11, pp.115-116
  • de Ávila Juárez, Antonio (2004) “San Baudelio de Berlanga: fuente sellada del paraíso en el deserto del Duero” Cuadernos de arte e iconografía, n. 26, pp. 333-396
  • Garnelo y Alda, José (1924) “Descripción de las pinturas murales que decoran la ermita de San Baudelio en Casillas de Berlanga (Soria)” Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, vol. 32, n. 2, pp. 96-109
  • González Pascual, Margarita (2006) “San Baudelio de Berlanga (Soria): la reposición de las pinturas murales de la «palmera»” Bienes culturales: Revista del Instituto del Patrimonio Histórico Español, n. 6, pp. 77-98
  • Guardia, Milagros (2013) San Baudelio de Berlanga, una encrucijada. Universidad de Barcelona, Barcelona, 520 pp.
  • Terés Navarro, Elías (2007) “El expolio de las pinturas murales de la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga” Goya: Revista de arte, n. 319-320, pp. 199-214
Las imágenes de la ermita en la actualidad han sido extraidas de Soria, ni te la imaginas y de Más de arte.